Laal laal ke nand

Un limón verde,

Agujas,

Almizcle,

Seis velas de color azul,

Una estrella dibujada con tinta roja en un sobre amarillo,

Romero,

Azúcar,

Un sapo moteado de carácter tranquilo  1 ,

Sangre de una cabra marrón  2  .

                                                                    ❊❊❊toad

         Bueno, pues ya está: tengo todos los ingredientes que necesito para poder realizar el encantamiento —le comentó a su gato mientras iba de aquí para allá con tarros de diferentes tamaños, bolsas y objetos varios.

                                     —No sé si debería resucitarte —le dijo al cadáver que descansaba sobre la mesa del comedor—, pero me gustaría que nos conociéramos.

Qué mala suerte la mía…: esta mañana descubro que sientes algo por mí —¿por qué no me lo hiciste saber antes?—, y por la tarde te encuentran en ese barranco.

Creía que no tenías sentimientos e incluso llegué a pensar que me despreciabas; siempre con tus crucifijos, colocando ristras de ajos en tus ventanas…

Pero como ya te he dicho, me gustaría que nos conociéramos. Saber qué hay detrás de esa oscuridad que exhibes. Sí, hoy te resucitaré porque desearía oír de tus propios labios los versos que moran en tu corazón. ¿Te lo puedes imaginar?: un único momento donde tú serías tú y yo sería yo.

Entonces dejarías de rociarte con agua bendita y no volverías a ponerte ese crucifijo nunca más porque no querrías calcinarme —al menos no de esa manera—.

            Yo te mostraría mis tinieblas y tú me revelarías las tuyas.

          El tiempo pasaría deprisa…

     Podría descubrirte,

       Y hallar en tu sonrisa un motivo para quererte.

            ❊❊❊

Dicho esto colocó las velas a su alrededor, partió el limón en dos mitades y se dispuso a preparar el brebaje.

“Limón… para el mal de ojo. Azúcar… para el corazón. Romero… para alejar las energías negativas…»

Echó todos los ingredientes en una olla que colocó sobre una pequeña hoguera, situó al sapo entre los pies del cadáver y posteriormente clavó las agujas en los lugares correspondientes. Después le puso la estrella dibujada sobre la frente y leyó la frase que tenía anotada en la mano, seis veces.

     «Laal laal ke nand»

         Y resucitó.


© Némesis Fuster. Todos los derechos reservados.

 

 

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  1. Nota aclaratoria: al sapo no hay que sacrificarlo. Simplemente se deposita entre los pies del difunto.
  2. Puede conseguirse en carnicerías. 
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